domingo, 26 de junio de 2011

Caso Angora 3

Para determinar el rol que adquirirán los artistas locales y participantes de la actividad de Agora me he inspirado en el caso “Drawing Gibraltar”. Se trata del desarrollo de prototipos de forma conjunta, no colectiva. Las obras llevadas a cabo son del grupo, no de la suma de las personas que participan. En otras palabras, los proyectos carecerán de autoría individual. Los grados de implicación serán diferenciados y dependerán del nivel de compromiso que los artistas elijan.

Estos artistas no serán elegidos ni invitados a participar rigiéndose por ningún criterio determinado. Las invitaciones se realizarán de modo informal y dependerán de la comunicación entre los artistas y su aptitud, motivación y disposición a comprometerse con un proyecto colectivo.

Los artistas dejarán de ser entes individuales para convertirse en un núcleo creador.

Es importante contar con la presencia de un moderador dentro del equipo. Sin embargo, no podemos olvidar que el moderador nunca podrá liderar la actividad. Su principal función es la de fomentar la participación y deberá trabajar por el libre albedrío de los participantes para que los resultados del trabajo sean más fructíferos.

Otro punto a tratar es el objetivo final de nuestros creadores. La pretensión directa no es la obtención de un beneficio económico por la explotación de la obra, sino la difusión máxima de las mismas a través de medios de comunicación libres como Internet, eliminando a todo intermediario posible. De esta forma el usuario final estará en contacto directo con el creador y la obra, a través de un medio común.
“La creación colectiva es el contenido más revolucionario de la cultura digital, aquello que mejor facilita su distinción de la cultura tradicional es la posibilidad de construir una cultura realmente colectiva”. (Casacuberta, 2003: 11).

Este modelo de creación, y su consiguiente asignación de roles, es lo que Jordi Alberich Pascual define como Networking:

Consiste en el desarrollo de prácticas creativas participativas y colaborativas entendidas a la vez como actividad social y cultural, y como forma de gestión y producción descentralizada, rompiendo así con las jerarquías y los modelos dominantes en los sistemas culturales tradicionales y de poder.

Por lo tanto, ya no es tan importante el obtener apoyo de los tradicionales gestores de cultura, editores o patrocinadores. Lo realmente importante es conseguir el apoyo de la comunidad. Es indudable que vivimos en la era del patrocinio. La difusión cultural depende de los grandes grupos económicos empresariales que buscan proyectarse en la sociedad a través de su participación y promoción de eventos y actividades culturales.

De forma tradicional, eran estos grandes entes empresariales los que decidían sobre el flujo de información y la selección cultural que se iba a proyectar en los medios de masas. La aparición de redes entre iguales o P2P ha provocado un cambio en esta situación. Internet se constituye como un gigantesco canal que conecta a cada uno de sus usuarios, aparentemente en una situación de igualdad. (Caldevilla, Creación Artística 2.0.)

Por último, hay que tener en cuenta el apoyo y la importancia que la Unión Europea ha otorgado a las ICC (Industrias Culturales y Creativas) en la Economía del Conocimiento debido al poder que estas tienen para estimular la investigación, el desarrollo de productos, la innovación en servicios, el marketing y la comunicación, el “city branding” y la creación de comunidades. Estos aspectos se ven reflejados en el LIBRO VERDE: Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas.

Estos aspectos los resume Ana Gomez Narvae a la perfección en su artículo Artistas y Creadores para la economía del conocimiento:

La Europa del conocimiento requiere de un dinamismo creativo e innovador que recorra transversalmente los sectores de la economía y ser protagonizado por una sociedad creativa y abierta a los procesos de cambio.

Los artistas y los creativos tienen una oportunidad extraordinaria de “transversalizar´ su aportación a los campos del conocimiento, la innovación, la investigación y la mejora del capital humano. Debemos instar a las comunidades culturales y creativas, y no sólo a las urbanas, a que participen de este nuevo proceso económico y social que constituirá la Europa del Conocimiento, a que reivindiquen su consideración como agentes económicos generadores de innovación pero también la de proveedores de soluciones creativas a los nuevos problemas sociales y económicos que se deriven de dicho proceso.

Referencias:

Caldevilla, D. Creación Artística 2.0: los nuevos referentes culturales en Internet.

Jurado Gomez, E. Producción artística e Innovación Industrial.

Alberich Pascual, J. Creación colaborativa y autoproducción audiovisual: iniciativas emergentes.

Sanz, S. Comunidades de práctica virtuales.

Gomez Narvae, A. Artistas y Creadores para la economía del conocimiento.

http://es.wikipedia.org

http://cultura-abierta.com

http://europa.eu/scadplus/glossary/lisbon_strategy_es.htm


http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/06/evaluacion-modular-3-parte.html

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